Derecho de admisión y permanencia para quienes incitan o cometen atentados
Autor: Bernardo Ptasevich
Mientras en Israel varios candidatos se disputan el Ministerio del Interior dejado vacante por la renuncia de Silvan Shalom nuestros vecinos festejan lanzando cohetes hacia Nahariya que por suerte no causaron daños. Sin embargo no deja de ser preocupante la reaparición pública de un personaje siniestro como lo es el Secretario General del grupo Hezbollah, Hassan Nasrallah que ha jurado vengarse por la muerte de Samir Kuntar. A pesar de que un grupo rebelde sirio se adjudicó el hecho, los terroristas libaneses creen que todo fue obra de Israel que tiene suficientes motivos para ello. El terrorista abatido que destrozó el cráneo de una niña de cuatro años, estuvo preso varios años en las cárceles israelíes siendo liberado en el año 2008 en una de las operaciones de canje por los cuerpos de dos soldados israelíes. La respuesta de Israel no se hizo esperar. Sus aviones atacaron varios puntos en el sur libanés dejando en claro que no se tolerará ningún acto agresivo contra sus habitantes o su territorio.
EXPLOSIVOS LISTOS PARA UN ATAQUE EN ISRAEL
Al borde de la Franja de Gaza, el cuerpo de ingenieros del ejército israelí “Tzahal” encontró gran cantidad de explosivos listos para detonar. Los mismos iban a ser utilizados en atentados de gran proporción contra la tropas que controlan la frontera. Hace unos días ya había explotado uno de esos elementos al paso de una patrulla. Muchos de los explosivos estaban conectados a detonadores que se activan por medio de teléfonos celulares. No hay descanso para los soldados. El enemigo está al acecho.
EL MAYOR PELIGRO NO ESTÁ AL OTRO LADO DE LA FRONTERA
Los ataques con cuchillos y atropellos con vehículo dentro de territorio israelí no han cesado. Si bien los controles hicieron bajar la cantidad de atentados estamos lejos de que estos dejen de suceder. El gobierno no atina a tomar medidas y las que ha tomado no han sido efectivas. Hasta ahora el procedimiento ha sido el siguiente: Hay un ataque y entonces tomamos un calmante, (poner guardias en la zona, cuando sabemos que es imposible proteger todos los sitios de Israel de los terroristas solitarios) Hay un atentado en una parada de autobuses y tomamos un antibiótico. Dijo el gobierno que “vamos a poner defensas de cemento en las paradas de autobuses de algunas ciudades”. Nos defendemos y nos defendemos, pero no resolvemos ni afrontamos el verdadero problema.
LOS TERRORISTAS QUE HABITAN ENTRE NOSOTROS
El problema subsiste porque estamos aplicando leyes de un sistema legal que los terroristas no respetan. Respetamos derechos humanos de individuos que no son humanos. Para buscar una solución debemos definir quiénes son “seres humanos” para otorgarles todas las garantías y derechos de una nación civilizada, sin importar religión, raza, color ni cualquier otra diferencia. Pero me pregunto… Un terrorista sigue siendo un ser humano cuando decide convertirse en un monstruo? Cuando decide matar, torturar, vejar, someter a las víctimas no deja de ser un ser humano? Cuando siembran el terror en las poblaciones civiles, siguen siendo seres humanos? De que seres humanos tenemos que defender los derechos? De las víctimas o de los asesinos fanaticos? La verdadera solución está en hacer desaparecer el terror o por lo menos que quede reducido a un mínimo exponente. Las soluciones parciales y superficiales solo dan mas animo a los agresores y los motiva a continuar con sus acciones perversas. Todo lo hecho hasta el momento es defensivo y eso es una forma de aceptar la tenebrosa realidad que nos toca pensando que vamos a convivir con ella por el resto de la vida. El gobierno, responsable por la seguridad de sus ciudadanos tiene que tomar medidas que apunten a neutralizar las acciones de los extremistas islámicos que habitan entre nosotros. O hay un mal control de las frontera y estas se convirtieron en permeables o tenemos habitantes permanentes que son lisa y llanamente terroristas. No caigamos en la simplicidad de creer que todos los árabes israelíes lo son y tampoco hagamos una caza de brujas. El país con una de los mejores servicios de inteligencia sabe bien quienes son y dónde están los que incitan, los que reclutan, los que ordenan los ataques, los que proporcionan la infraestructura para manejarse hasta el momento mismo de las agresiones. Un niño de quince o dieciséis años no tiene ni idea de que haya peligro para su mezquita. Tampoco nació tan patriota para creer que hay que liberar el territorio que hoy es Israel. Los líderes manejan con su poder todos los hilos del terror, al punto que envían jóvenes a morir con tal de matar. Todo país tiene de alguna forma el “ derecho de admisión y permanencia” y lo puede manejar desde su Ministerio del Interior con el otorgamiento de permisos y documentación. Los ciudadanos israelíes están en peligro. No se puede esperar más para tomar las medidas que los protejan. En un emergencia no debe temblar el pulso para expulsar terroristas de nuestro territorio o cancelar documentos y permisos a quienes representen un peligro para la seguridad. Los derechos humanos completos que marcan la vida de cualquier país normal solo debe aplicarse a quienes respetan las leyes que los protegen pero también los obligan.