CHAVEZ PUEDE EMPEZAR A PREOCUPARSE
En un mundo que está tan convulsionado, todo tiene que ver con todo, no hay nada que pueda analizarse en forma individual o separada.
Los israelíes tenemos que estar al tanto de lo que pasa en cada punto del planeta porque todo nos afecta, para bien o para mal. El caso del presidente venezolano Hugo Chávez es de nuestro interés directo por tratarse del aliado latinoamericano de Mahmoud Ahmadinejad. O sea, quien puede ayudarlo con sus planes contra los judíos y contra occidente en ese continente.
A pesar de haber sido elegido en elecciones, el Presidente venezolano es un dictador de los más crueles, por su forma de pensar fanática y demente, así como por sus acciones en las que usa la violencia o cualquier artimaña para conseguir lo que desea y cada vez más poder. Su fundamentalismo no le permite ver la realidad que todos vemos. Está convencido de ser un ser superior designado para llevar a su pueblo por los caminos que él ha elegido, con destino a un sitio que sus ciudadanos no desean.
La población nunca fue consultada sobre si querían tener una asociación con Irán, país que busca enardecidamente la producción de bombas nucleares y que anuncia a viva voz que hará desaparecer del mapa a un país de la comunidad internacional, no solo a su territorio sino también a toda su población civil.
Venezuela ha sido siempre un país libre, con una cultura democrática que fue un ejemplo y máximos valores de tolerancia para sus habitantes sin distinción alguna. La llegada de Chávez ha cambiado las cosas en pocos años. Sus partidarios y su entorno se creen los dueños de todo y también de las decisiones. Para llevar a cabo sus acciones no dudan en utilizar el enfrentamiento y la violencia con sus conciudadanos a quienes descalifican por ser opositores. Aunque su actual gobierno quiera mostrar que tiene el apoyo de la mayoría, las cosas ya no le serán tan fáciles en el futuro.
Abajo cadenas… Abajo cadenas
Abajo cadenas, reza el himno venezolano. Muchos ciudadanos se sienten presos de la situación y otros están despertando al darse cuenta de que Chávez representa una pesadilla para su país. El oficialismo se ha aprovechado hasta ahora de las divisiones internas de los partidos opositores y ha utilizado todo el aparato estatal así como los fondos del Estado y su estructura, con lo que ha salido victorioso en cada elección que le tocó afrontar.
Pero esta semana ha comenzado el proceso de lo que será seguramente la sustitución del dictador sin utilizar la fuerza de las armas, método que él maneja a diario. El 12 de febrero se realizaron las elecciones primarias para elegir al candidato que enfrentará a Chávez en las próximas elecciones presidenciales.
Entre los cinco postulantes resultó electo el gobernador del Estado Central de Miranda, Henrique Capriles. Eso es por ahora solamente la trascripción de los resultados. Sin embargo lo que hace pensar en que se ha dado el primer paso hacia el tan necesario cambio de gobierno fue la alta participación de electores. Casi tres millones de ciudadanos concurrieron a votar en estas primarias, algo realmente insólito que no ha sucedido anteriormente. La lectura clara es que la gente ha decidido comenzar a participar, harta de las injusticias y a pesar del riesgo que representa exponerse ante un gobierno que todo lo controla, que todo lo ve y que todo lo castiga.
Elecciones el 7 de octubre
Las duras campañas electorales comenzarán
seguramente en el mes de julio. Será difícil lograr que el gobierno no utilice su poder a favor del candidato Hugo Chávez, que no utilice el dinero público e incluso que no utilice las fuerzas policiales y el ejército para intimidar al pueblo. El tratará de torcer las opiniones y volcarlas a su favor utilizando para ello los medios de difusión a su alcance. No olviden que despóticamente, en un intolerable desprecio por la libertad de prensa y de las opiniones ha desarticulado la prensa libre. Hace poco tiempo ha cancelado cada licencia de quienes podrían dar lugar o espacios a sus detractores políticos para difundir nuevas y diferentes propuestas. La oposición confía en que la base de electores de estas primarias se potencie en muchos otros millones de votos que lograrían al fin cambiar este gobierno y empezar a transitar otras vías hacia el progreso y la integración con el mundo. Henrique Capriles dijo “Convocamos 3 millones. Si cada uno de los venezolanos que fueron a votar en las primarias acerca a otros dos electores tendremos 9 millones. El techo electoral del gobierno de Chávez en el 2010 no llegó ni a los 6 millones”.
Las relaciones con el mundo
Un nuevo gobierno democrático cambiaría las relaciones de Venezuela con el mundo y es seguro que serán inversas a las que Hugo Chávez ha cosechado en estos últimos años. Respecto a los Estados Unidos y a Cuba, el candidato opositor señaló que de ser electo no se subordinará a los intereses de ningún país. Esto es también un mensaje velado pero directo al régimen iraní del que Ahmadinejad tomará debida nota. El también participará de alguna forma en las próximas elecciones venezolanas, con todo tipo de apoyo a su Presidente aliado, así como lo hace con Siria y con las organizaciones terroristas que convienen a sus fines. Para Israel, un cambio de gobierno en Venezuela sería una excelente noticia, un paso positivo que daría vuelta la peligrosa inclinación política actual del continente.
Capriles dijo también que “va a revisar una por una las empresas expropiadas durante la presente administración”. Sabemos que ya no podrá reparar el daño causado, pero por lo menos se hará justicia revocando los atropellos cometidos por Chávez hacia la propiedad privada y las actividades empresariales que no tienen por qué estar al servicio del gobierno de turno.
El director de la encuestadora local Datanálisis, Luis Vicente León, consideró como “espectacular e histórico el evento electoral opositor”. “No hubo ningún evento primario en Venezuela, incluyendo los del partido oficialista que pudiera convocar a tanta población, entre otras cosas porque esto se convirtió en una gran fiesta electoral”.
Otros analistas coinciden en que la oposición se encuentra en mejores condiciones para enfrentar a Chávez debido al desgaste que vive el mandatario después de 13 años de gobierno, de la creciente criminalidad y de una galopante inflación. La gente se alzó, se reveló, en lo que se dio en llamar como “una insurrección ciudadana”. Ya hemos visto en otros países que aunque el gobierno haga callar por la fuerza al pueblo, los ciudadanos encuentran la forma de manifestarse como lo han hecho en este caso.
Al final los pueblos consiguen lo que quieren y lo que necesitan. Se pueden equivocar como lo han hecho, pero sabrán reparar el error con el mismo método pacífico del voto en las urnas que despedirá definitivamente a Hugo Chávez. Recién entonces Venezuela podrá comenzar a transitar la senda que nunca debió dejar. Los israelíes estamos sin dudas a favor de ese cambio.