LA POLITICA ES EL ARTE DE LO POSIBLE
Todas las acciones de los gobernantes y de los ciudadanos están impregnadas de política. No hace falta ser político de profesión para ejecutar acciones políticas. Una manifestación pacífica, una demanda sobre determinados derechos, una publicación que emita opinión, y como arma principal un simple voto, todo significa hacer política. Ante determinados hechos es normal que se utilice el termino con fines descalificadores. Sin embargo, para dilucidar los conflictos y las diferencias prefiero la política, incluso la mala política porque prioriza el dialogo a la violencia. La política es el arte de lo posible. Por ello es absolutamente necesaria para acordar, para discutir, para resolver los problemas de la sociedad, las ciudades, los países y el mundo. Sin ella estaríamos inmersos en la ley del más fuerte, donde el dinero y las armas no tendrían oposición. Es cierto que la política no ha podido dominar a los violentos en el mundo. Sin embargo equilibra en parte una balanza que estaría totalmente volcada a uno de los platillos. El gran desafío es crecer en el dialogo en desmedro de las guerras, los conflictos armados, las dictaduras sangrientas y el terrorismo. No es un desafío fácil de cumplir. Nadie quiere perder el poder que tiene y los violentos no tienen una educación al respecto ni están preparados para cambiar de costumbres, para adaptarse a una opción de vida pacífica y dialoguista.
Todo acontecimiento está impregnado de política
Si analizamos el reciente canje del soldado Guilad Shalit por más de mil presos palestinos, debemos preguntarnos por qué ahora y no antes? Durante los últimos cinco años y aun antes el Primer Ministro de Israel ha declarado y documentado su oposición absoluta a liberar presos con sangre en las manos. Pero en los últimos meses B.Netaniahu está experimentando una transmutación que mucho tiene que ver con los acontecimientos en los países vecinos y en otros no tan cercanos. Su experiencia le indica que debe generar actos que cambien la percepción que gran parte de la población tiene de su gobierno para no terminar el periodo en muy mala forma. Comenzó con reconocer los problemas de los «indignados israelíes”. Aunque no resolvió las demandas por lo menos tomo algunas decisiones que no hubiese adoptado de no haber existido los reclamos. Eso es política pura, un reclamo y una respuesta del gobierno. Como paso siguiente decide cambiar su posición y liberar a esos terroristas a pesar del peligro que representan para el futuro cercano Otro acto político que además utilizo muy bien ante los medios. Sin dejar pasar mucho tiempo declara públicamente que ahora puede hacer lo que en los meses anteriores ha negado sistemáticamente. Ofrece congelar la construcción en los llamados asentamientos para que M. Abbas no tenga pretextos en su negativa a retomar las conversaciones de paz. A su vez el Presidente Palestino va a tener que responder con otro acto político. No le queda más remedio que volver a ponerse en el vértice de la escena y recobrar parte del protagonismo robado por Hamas debido al reciente canje de prisioneros. Esta organización terrorista cuyos métodos distan de la negociación pacífica también ha aprovechado políticamente la ocasión. Anteriormente no hubiesen aceptado un canje sin los presos VIP, pero ante la cercanía de las elecciones cambiaron de posición. Su incidencia en la vida de los palestinos había sido minado por la presentación de M.Abbas ante la O.N.U. Todo lo descripto se encuadra dentro de la mal vista “política”, esa que mas allá de quien la utilice bien o mal es mucho mejor que cualquier acto de violencia. Como podríamos llamar a la intervención de la OTAN en los conflictos árabes apoyando a los rebeldes en países dominados por dictadores, algunos de ellos viejos aliados de occidente? Otra vez la política está presente en los acontecimientos mundiales, aunque en este caso apoyada por el poder de fuego y una violencia determinante en los resultados. La mal afamada política debe ir sustituyendo parcialmente la violencia y encaminando a los pueblos hacia una interrelación más razonable y menos peligrosa.