La plana mayor israelí donde se toman las decisiones
Autor: Bernardo Ptasevich
Mientras se acercan las elecciones en los Estados Unidos, el presidente Barack Obama tiene que atender varios frentes simultáneos, tanto en lo interno como en los asuntos internacionales. Algunos de ellos se ven sin duda alguna muy incómodos. Según la posición que asuma en cada tema y las decisiones que deba tomar, se verá de qué forma son afectadas sus posibilidades en los próximos comicios. La visita casi simultánea de los gobernantes israelíes lo pondrá en la vidriera del mundo, sin posibilidad de excusarse.
El joven presidente sale de gira
Es sorprendente la capacidad mental y física que tiene el presidente de Israel, quien a sus 88 años acaba de emprender una gira cargada de compromisos y actividades de gran importancia digna de un dirigente joven en plena actividad. Shimon Peres no piensa en jubilarse. Ha resuelto seguir siendo útil y no lo hace aconsejando o dirigiendo a otros para que realicen las cosas sino que emprende los trabajos en forma personal con una dinámica envidiable. El joven Peres, (más allá de la opinión de adeptos y detractores) es más que un ejemplo a seguir. Nos deja el extraordinario mensaje de que la vida no termina a los sesenta años, (ni a los setenta, ni a los ochenta), cuando las personas continúan haciendo cosas que valen la pena ya sea en la vida personal como en la actividad pública.
Algo grande se cocina
En estos días coincidirán en los Estados Unidos el Presidente Shimon Peres, el Ministro de Defensa Ehud Barak y el Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Que la plana mayor del gobierno coincida con diferencia de horas en el despacho del presidente de los Estados Unidos no es algo muy corriente. Indica que se está cocinando algo grande entre Israel y su socio norteamericano. Es obvio que los tres grandes dirigentes israelíes no se han ido de vacaciones, algo que sería muy mal visto ya que la situación interna no da para esas distracciones. Entre otros importantes temas que tratarán hay uno que es excluyente y que será monitoreado por la prensa en forma muy especial. Mientras escuchamos que Israel no avisará a los Estados Unidos para atacar a Irán, lo cierto es que por lo menos coordinará en estas reuniones los próximos pasos a seguir.
El posible ataque a las instalaciones nucleares iraníes, el avanzado desarrollo nuclear (según Ahmadinejad para uso pacífico), el creciente stock de uranio enriquecido, las nuevas instalaciones subterráneas para producirlo que triplican la capacidad actual, las amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz y la inminencia de bombas nucleares en manos del fanático presidente iraní, serán los temas fundamentales en estos encuentros.
Netanyahu y Barak no coinciden
Se asegura que Shimon Peres lleva consigo información sensible sobre los planes nucleares de Teherán recopilados por los servicios de inteligencia israelíes. Su posición personal parece contraria a un posible ataque israelí que muchos pronostican para este verano. Esto ha puesto los pelos de punta del Ministro de Defensa quien no está dispuesto a perder protagonismo ni espacios de poder.
Barak ha declarado públicamente que es el gobierno y no el presidente quien decide en estos temas, como si Peres fuera el presidente de otra nación. Otra vez nos encontramos con las rencillas personales, la envidia y los celos, en un gobierno que se caracteriza por el individualismo, las divisiones y también la falta de coordinación en sus acciones. Esa forma de manejarse no va a cambiar, no tiene solución y muestra la debilidad del Primer Ministro que no puede imponer una línea de acción a sus ministros. Todo nace por la forma en la que se hizo del poder. Disfruta por ahora de una mayoría tirada de los pelos, armada con grupos y personas cuyas diferencias se zanjan con dadivas y no por consenso de ideas. El sistema de prebendas no permitirá la unidad de criterios siquiera en casos tan graves como el del desarrollo nuclear iraní.
Las opciones están sobre la mesa
Biniamín Netanyahu ha dicho que todas las opciones están sobre la mesa y seguramente estarán esta semana en la mesa del gobierno estadounidense. Mientras se pide esperar por los resultados de las sanciones económicas en vigencia, Irán aprovecha cada minuto para avanzar en sus propósitos. Israel insistirá en que se deben tomar otras acciones y tratará de no emprenderlas en solitario. Sabe que de lograr armas nucleares estarán destinadas en forma prioritaria a su desaparición y eso lo obliga a ser punta de lanza.
La presencia de buques americanos en el Estrecho de Ormuz, la llegada a Israel de un submarino con capacidad para misiles nucleares, la urgente puesta a punto del sistema antimisiles en Tel Aviv, los ejercicios crecientes del ejército y hasta las sirenas de los simulacros que hemos escuchado, indican que algo puede suceder muy pronto. Mientras tanto Ahmadinejad juega al gato y el ratón con los inspectores de la OIEA. Aceptan la visita de sus inspectores pero a su vez les niegan ver las cosas que no conviene que se vean.
Todo terminara con mensajes y discursos
No estamos seguros de que esto desemboque en un ataque a Irán, algo que se está tratando de evitar y que solo se hará si se estima que es la única opción efectiva. Lo que sí es seguro es que escucharemos nuevos y brillantes discursos, esos que se hacen para el buen oído de los electores. Cada uno lo hará para su propia clientela.
Barack Obama tendrá la oportunidad de hacerlo el domingo en el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense Israelí (AIPAC), en el que se espera marque nuevos límites a los avances iraníes hacia la bomba nuclear. Este foro tiene vital importancia respecto al voto judío en las próximas elecciones norteamericanas.
Netanyahu aprovechará la reunión con Obama para dar su mensaje al mundo, a los ciudadanos israelíes y también a los gobernantes iraníes. En la ocasión anterior asistimos a un rezongo que el presidente americano absorbió casi en silencio. De haber coincidencias o porque se haya logrado algún avance conjunto en el tema se espera que cambie el tono en esta oportunidad. El Ministro de Defensa se conformará con discursos ante la prensa mundial y las declaraciones que hará cuando regrese al país.
Shimon Peres tendrá su oportunidad con todos los honores que recibirá de un país que le reconoce como estadista y líder mundial. Obama le dará el lugar y el respeto que se ha ganado, ese que también corresponde a una persona cargada de vivencias, experiencia y conocimientos. Pocas horas después escucharemos las repercusiones. Las respuestas de Ahmadinejad que aparecerán en la prensa mundial, las advertencias de los rusos y de los chinos que no quieren perder sus negocios con Irán y también la de los israelíes que son los más afectados por las amenazas iraníes. Nos espera una semana apasionante en la que debemos estar preparados para recibir novedades. Es que se trata de reuniones en la mismísima cocina “donde se corta el bacalao”.