LEY MORDAZA PARA PRENSA Y LOS OPOSITORES EN ISRAEL

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Pensar diferente podrá ser penado por la ley en Israel

Como en muchas partes del mundo, el gobierno israelí quiere acallar los reclamos y las opiniones contrarias a su gestión. Lo intenta echando mano a una controvertida ley antidifamación que ya fue aprobada en primera lectura por el Parlamento. No se puede entender desde una óptica lógica que se necesite una ley como esta. La difamación es un delito que ya está contemplado por la ley. Quien lo cometa será penado por la justicia. Hoy mismo nadie puede difamar ni al gobierno ni a otro ciudadano y salir inmune. El damnificado puede hacer un juicio y comprobar el delito, caso en el cual el difamador será castigado y obligado a resarcir o recompensar al damnificado además del castigo penal que pueda corresponderle. Por ello, si solamente se trata de silenciar a la oposición o de anular las opiniones de la prensa cuando son adversar se está cometiendo un exceso y un gran error. Dificultar el camino a los políticos opositores o disimular los errores propios no puede justificar semejante proyecto de ley. Es totalmente inoportuno tratar de aprobar una ley antidemocrática desde todo punto de vista. Nuestro país que es un ejemplo en Medio Oriente mal que le duela a nuestros vecinos y a nuestros detractores no puede permitirse semejante desliz. Los ojos del mundo miran con atención este movimiento autoritario que solo puede perjudicarnos y los ciudadanos asistimos asombrados a estos manotazos de ahogados que deben ser sustituidos con acciones concretas que mejoren la situación de la población y la imagen que se tiene del gobierno.

Momento de incertidumbre

Mientras nos distraen con leyes innecesarias, los ciudadanos estamos pasando una etapa de gran incertidumbre en todos los órdenes. La cantidad de problemas que tienen ciertos sectores desprotegidos de la sociedad requieren importantes decisiones. En poco tiempo no se podrán detener las propuestas. El gobierno sabe que cuando caen tres o cuatro misiles dentro de nuestro territorio, los israelíes estrechamos filas y dejamos de lado momentáneamente nuestros asuntos internos y cotidianos. Como esto sucede tan a menudo se hacen los distraídos y dejan pasar el tiempo como si los problemas se resolvieran solos. Apuestan a que una ley represiva de la libertad de expresión detenga cualquier intento de protesta o de oposición política. Se intentan frenar las investigaciones de la prensa que pueden afectar de resultar ciertas a muchos de los poderosos que buscan defenderse de esta forma. Sera difícil arriesgarse a ser multado en cifras que pueden oscilar en los cien mil shekel, para lo cual ni siquiera habría que probar el delito. Con temor a ser el primer afectado con la multa no puedo dejar de decir que nuestros parlamentarios parecen estar perdiendo la cabeza. En los próximos tiempos deberemos decir si la ley se aprueba que nuestro presidente es alto, rubio y con un sombrero negro, elegante, inteligente y que todo lo que hace nos agrada. Deberemos decir que nuestros Ministros nunca se equivocan, que sus ideas son lo más coincidentes con las nuestras, que sus acciones emulan a las que nosotros realizaríamos. Si sospechamos de que un agente publico metió la mano en la lata, nuestras notas lo justificaran diciendo que solo tomo un préstamo por tiempo indeterminado debido a las necesidades que tenia por sus bajos ingresos. Vamos señores legisladores. Los pies sobre la tierra. Están tratando una ley inmoral, irreal, inoportuna, fuera de todo contexto. Asuman la responsabilidad que han asumido al tomar sus cargos. Hay temas pendientes a los que deben dedicarse de inmediato.

Los vaivenes de la coalición

A pesar de las afirmaciones y desmentidas permanentes, la coalición de gobierno encabezada por Netaniahu hace agua por varios frentes. Amenaza en romperse una y otra vez en forma intermitente y según las necesidades o conveniencia de sus miembros. Lamentablemente, cuando un problema surgido entre las partes se soluciona no es porque llegaron a un acuerdo programático sobre el tema en discusión sino porque llegaron a un «arreglo” de otro tipo, uno de esos en el que el jefe acepta dar lo que su socio le exige ya sea esto un pedazo de poder o los recursos necesarios para sus proyectos o asuntos sectoriales. La forma extorsiva de actuar que tienen los miembros de este gobierno deslegitimiza sus acciones de una forma muy perjudicial. Un gobierno equivocado pero con procedimientos lógicos, adecuados y sobre todo transparentes, logra de sus ciudadanos un respeto en coincidencia o disidencia que hoy no existe. Las formas tienen mucha importancia. La mayoría no nos sentimos representados en ese manejo casi sucio de los asuntos del Estado. En manos de estos gobernantes esta nuestra vida, esta la propia existencia de Israel, esta nuestro futuro. Poner todo eso en manos de quienes negocian a escondidas las condiciones que les permitan continuar en el poder es muy peligroso. La seguridad y la defensa no pueden depender de ello. La educación de nuestros hijos y la salud de nuestra familia tampoco.

Cuando la decisión del pueblo es distorsionada

Los problemas nacen de un sistema electoral que hay que corregir. Cuando el pueblo voto de una forma y el gobierno se formo de otra, se cultivo la semilla de todos estos problemas que hoy vivimos. En ese mismo momento se comenzó con el sistema de dar lo necesario a cambio de poder que subsiste hasta los momentos actuales. Hace pocos días el Ministro de Relaciones Exteriores Agvidor Lieberman casi deja al gobierno sin gobierno. Que luego salga a declarar que la coalición está firme y que todo seguirá de la misma forma no hace más que decirnos que consiguió hacer prevalecer sus exigencias. En este sistema perverso un participante del grupo puede volcar la balanza a uno u otro lado y por consiguiente tiene tanto o más poder que el propio Primer Ministro. Hemos visto en muchas partes del mundo y aquí no es la excepción como cuesta dejar el sillón del poder o compartir las decisiones con la mayoría o sus representantes. Algunos líderes perdieron la vida en el intento de mantenerse en la cima. No es nuestro caso ya que los israelíes actuamos con las armas de la democracia y de la ley, pero es algo que pinta en forma total cual es el empecinamiento de los gobernantes y poderosos. Nos gustaría que nuestro Primer Ministro defina claramente cuáles son sus planes y actué en consecuencia asumiendo el apoyo o el rechazo que tenga para ellos sin ningún tipo de acuerdo que requiera entregar cosas que son de todos y no le pertenecen. Si eso indica que pierda su coalición debería asumirlo siendo sincero con sus convicciones. Hay que gobernar con la realidad y no hacen falta leyes antidemocráticas para hacerlo. Seguramente el pueblo le daría la oportunidad de realizar su plan si sabe que no depende de que otros sectores le den el apoyo porque les conviene o porque reciben lo que no deben recibir de esa forma.