Cuando Dos más Dos no son Cuatro

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HAY QUE INTERPRETAR LOS NUMEROS

Autor: Bernardo Ptasevich  para O.L.E.I.

 

Israel es un diamante en el mercado libre de Oriente Medio según el Presidente del Banco Mundial. Esta gente sabe. El mundo entero acude al milagro económico israelí que parece no haberse contagiado de la crisis mundial. En el mismo sentido, el diario Yediot Aharonot nos informa que «el consumo privado creció durante 2011». Según datos de la Oficina Central de Estadísticas sobre la recuperación económica de Israel las importaciones también subieron «debido a una mayor demanda por parte de los consumidores» El importante diario adjunta como conclusión que «junto a las campañas de protesta social en las calles de numerosas ciudades, el consumidor israelí gastó en conjunto un 3,7 % más.»

Los profesionales de estadísticas viven en oficinas cerradas

Los profesionales de la Oficina Central de Estadísticas deben ser excelentes personas y no tengo por que pensar que puedan manipular los números a su antojo. El resultado final que arrojan sus estudios deben ser absolutamente ciertos y me alegra sobremanera de que Israel crezca y este cada vez mejor. Sin embargo puede ser que estas personas no conozcan la realidad de miles de ciudadanos que no disfrutan ni por asomo de estos progresos. Las informaciones deberían decir también cual es el sector en donde el consumo privado creció. Puede ser que el 20 % de los israelíes hayan consumido un 90 % más y el resto haya descendido su consumo. Así mismo debería indicar que tipo de importaciones crecieron. Es posible que los autos de lujo y otros productos suntuosos hayan sido importados en cantidades superiores a las de años anteriores. Cuando hablan de una mayor demanda de los consumidores, me hacen pensar que las familias han comprado más y mejor comida, que han habitado más y mejores viviendas, que han accedido a más y mejor servicio de salud, que quizás han comprado un auto mejor, o que se han vestido en las tiendas de las mejores marcas. También aquí deberíamos saber que hay un pequeño porcentaje de consumidores que ganando tanto pueden comprar el doble o el triple de lo que compraban antes, pero que hay una mayoría de ciudadanos que no pueden acceder a lo que necesitan para vivir dignamente.

El Israel real, es el de las estadísticas o el de la calle?

Basta con ser parte de este gran pueblo israelí para darse cuenta de que las estadísticas están por lo menos equivocadas, quizás no en los números fríos, pero si en las conclusiones que se desprenden. Un país que crece pero que no reparte en el lugar que más se necesita tendrá muy pronto que afrontar grandes conflictos internos. El gobierno es el responsable de interpretar las estadísticas y actuar en consecuencia para equilibrar un poco la balanza entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco. No debe usar los números para hacer publicidad positiva sobre su gestión. Los ciudadanos, aun sin preparación económica, no son tontos. Saben que lo que sale publicado no es la realidad y lo viven con su familia cada día. También la pequeña y mediana empresa esta fuera de esa realidad que nos quieren hacer creer. Las ventas han caído, la cantidad de clientes ha disminuido, el promedio de compra por cliente es mucho menor, pero vaya que los gastos han subido en una escalada que solo en Israel no se llama inflación. Alquileres, energía, agua, gas, transporte, impuestos, y el costo de los productos no dejan de aumentar.

¿De que estamos hablando entonces?

El poder a toda costa y a cualquier precio

El Primer Ministro Netaniahu tiene muchos problemas que atender. No lo envidio, sé que hay que estar en sus pantalones y que no es fácil. Pero las cosas son más complicadas porque él esta en ese cargo gracias a negociaciones con otros grupos políticos que nos cuestan a todos mucho dinero y que distorsionan la decisión de la población que no ha votado de esta forma. Es verdad que así funcionan las leyes electorales en el país, pero convengamos que el resultado es absolutamente negativo. Este sistema se presta a negociados, se presta a dar a cambio de recibir, se presta a los favores políticos recíprocos, se presta a la corrupción, pero sobre todas las cosas, se presta a que no se hagan las cosas que hay que hacer porque hay pequeños grupos que tienen mucho poder. Si estos son desairados en sus reclamos, necesidades o en sus decisiones respecto a cada tema, amenazan con hacer caer el gobierno. Hay algo que no podemos negar. A nuestro Primer Ministro Netaniahu le gusta mucho el poder. Ha hecho todo lo que la oposición no aceptó hacer para encaramarse en la cima del mismo y no dejará de hacerlo porque es una de sus características. Habrá otra oportunidad de cambiar estos métodos cuando haya elecciones nuevamente. Dependerá de los ciudadanos continuar así o generar cambios en los métodos de gobernar.

Si no hay cambios los manifestantes volverán

Si no se producen cambios reales, los manifestantes volverán a la calle apenas la amenaza de guerra o ataques terroristas bajen su intensidad. Los israelíes estamos y estaremos unidos en esas circunstancias más allá de quien sea nuestro P.M., más allá de estar o no de acuerdo con su gestión. Es un tema de supervivencia y somos un pueblo que no está dispuesto a desaparecer. Por eso, no es momento adecuado para reclamar con más fuerza los derechos mínimos que nos corresponden. Pero no va a pasar mucho tiempo sin que eso suceda. Las últimas grandes manifestaciones hicieron que el gobierno nombrara una comisión dirigida por el profesor Trajtemberg. A pesar de que sus conclusiones no conformaron a todos, estas ni siquiera fueron implementadas y todo quedó en un método para ganar tiempo y deshacer la protesta. La parte sustancial de las recomendaciones esta en la papelera de reciclaje de los ordenadores que tienen los funcionarios que deciden. Ganaron tiempo, pero perdieron. Perdieron la oportunidad de dar un paso al frente, de avanzar en la relación con la población, de legitimar aunque sea en parte estar en el poder, de cambiar la opinión que cada día es mas desfavorable sobre la actuación del gobierno en estos temas. Sería bueno que ocuparan tan solo unos minutos al día a pensar como mejorar la situación de la gente. De lo contrario muy pronto no estarán gobernando y será por el gran castigo electoral que sin duda van a recibir.