APOYO A NETANYAHU AUNQUE RESULTE CULPABLE?

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El ciudadano no debería ser partícipe necesario de corrupción

Autor: Bernardo Ptasevich

To be or not to be, that is the question, la gran duda de W. Shakespeare cobra vigencia en estos días en la mente y el corazón de los ciudadanos israelíes. El tema está instalado en la sociedad. Nuestro Primer Ministro es culpable o inocente? Ser o no ser, esa es la cuestión. Se habla y se discute en todas partes, (como si lo corrupción fuera un tema discutible). En reuniones, redes sociales, taxímetros, ómnibus, charlas de café y en familia, es el tema excluyente. hay personas que creen en la inocencia de Bibi Netanyahu y gente que da por seguro que ha cometido reiterados delitos de corrupción. Pero No hay forma de ser un poco corrupto, se es o no se es

UN TEMA QUE DIVIDE A LA SOCIEDAD ISRAELÍ

Como si no alcanzara la división de izquierda o derecha, de religioso no religioso, de judío no judío, y tantas otras, ahora se agrega la de culpable o inocente. Como si se tratara de dos nuevos partidos políticos o dos clubes de fútbol jugando un clásico, dos grupos casi incompatibles se arrogan la verdad en este asunto. Algo que debería ser solamente un tema judicial o policial, termina siendo a través de la gran difusión de los medios un asunto que tapa de alguna forma todos los temas cruciales que el país debe resolver y afrontar. En momentos en que se necesita de la unidad para enfrentar los peligros externos, nos encontramos cada vez más desintegrados al tomar partido casi ciegamente por una u otra posición. El Primer Ministro y los ciudadanos deben dejar que la justicia haga su trabajo, sin presión desde el poder, sin presión de los medios, sin presión de los adversarios políticos y sin las que vienen del propio partido del acusado. Netanyahu desconfía de todo y de todos, ve conspiración en todas partes, incluido en sus socios y sus amigos. Se defiende utilizando los mismos métodos que de algún modo avalan las sospechas. Utilizar el poder para influir sobre la realidad personal es algo que no debe hacer un Primer Ministro.

EL CIUDADANO NO DEBE SER PARTÍCIPE NECESARIO

Alimento mis opiniones escuchando opiniones de otras personas que tienen una perspectiva diferente. Converso, pregunto, escucho, diálogo sobre los temas que me interesan, inquietan y preocupan. Esta semana tuve una experiencia increíble. Muchos de mis interlocutores, manifestaron que no le importa si el Primer Ministro roba, recibe coimas o actúa en forma ilegal. Según ellos, Bibi es bueno para el país y como otros también roban y aceptan sobornos, no es algo que les preocupa. Reafirman su postura expresando que en todo caso el merece tener todo lo que haya recibido ilegalmente. Pues a mi si me preocupa que tanta gente de mi país nos pueda convertir en “un país de ciudadanos corruptos” Estas personas están actuando en forma peligrosa ya que si el Primer Ministro resulta culpable, le están ayudando a cometer delitos. Esa es una sensación que no quiero sentir. Acepto que se defienda a Bibi Netanyahu si se cree en su inocencia, pero no que manifiesten abiertamente que lo apoyan aunque sea culpable. Espero que reflexionen, que lo sigan apoyando mientras se presuma su inocencia, pero que dejen de hacerlo si la justicia determina su culpabilidad. No hay ese complot que nos quieren hacer ver y si lo hubiese quedaría inmediatamente al descubierto porque la verdad siempre sale a la luz. La policía, los jueces, los testigos y la oposición no pueden confabularse para derrocar un gobierno. La realidad no puede taparse con la mano. Cuando la justicia se expida cada uno sabrá cual es su responsabilidad, tanto si resulta inocente como si se prueba su culpabilidad.

GOBERNAR ES UN EMPLEO DE TIEMPO COMPLETO

Tiempo completo, mente limpia, decisiones pensadas y manos limpias, son condiciones necesarias para poder gobernar. Si cualquiera de esas cosas dejará de funcionar el gobierno tampoco funciona. Al margen de si es culpable o inocente el Primer Ministro no tiene tiempo sobrante, más bien le falta tiempo para cumplir con todas sus obligaciones. Aunque no se trate de un trabajo por hora, como tienen la mayoría de los israelíes, es uno que requiere tomar decisiones importantes, en las que se juega la vida de los ciudadanos y la custodia territorial del país continuamente amenazada. Es imposible tomar decisiones justas y acertadas en estas condiciones. En editoriales anteriores mencionamos nuestro deseo de inocencia para poder sentir orgullo de nuestras autoridades. Pero la ley no se basa en deseos sino en la realidad. Los delitos deben ser castigados en forma igualitaria para todos los ciudadanos, desde el más humilde hasta el que ocupa el cargo más importante del país. Por ello no aceptamos crear un precedente en otro sentido. Es hora de que el ciudadano tome responsabilidad. O actuamos bajo las leyes y la democracia o nos convertimos en otro país de esos donde el que se hace con el poder, aun mediante elecciones, abusa de él y lo convierte en una cuasi dictadura. Los ciudadanos deciden, no solo en el momento del voto. También deben decidir si serán cómplices cerrando los ojos cuando cualquier gobernante o candidato no actúe de acuerdo a la ley. Los abuelos, padres y personas responsables de Israel debemos obrar en forma correcta, dar el ejemplo a los hijos y nietos para forjar futuras generaciones que puedan convivir con respeto y obedeciendo las reglas y las leyes.

EL CIUDADANO NO DEBE SER “PARTÍCIPE NECESARIO”

En definitiva, si nuestra democracia funciona, (entendemos que es la única y la mejor del Medio Oriente a pesar de las cosas que hay que mejorar), cada ciudadano podrá votar por el candidato que desee y por el partido que elija. Si en próximas elecciones quiere votar por Netanyahu porque ha quedado libre de culpa y cargo es correcto, moral y legal. Sin embargo la opción escuchada en forma recurrente por estos días dice ” APOYO A BIBI NETANYAHU AUNQUE RESULTE CORRUPTO” Esto convierte al ciudadano en partícipe necesario de la corrupción ya que el apoyo de suficientes personas conscientes de los delitos realizados permitirán que estos se sigan cometiendo pero transformado en corrupción con permiso del pueblo.

Nota: “Son partícipes necesarios quienes con sus acciones ayudan a la comisión de un delito. Apoyar a ocupar cargos de gobierno a una persona a pesar de saber que realizo actos de corrupción pone al ciudadano en una situación de complicidad.