ABUSO DE PODER Y CORRUPCIÓN FABRICAN TERRORISTAS

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NADA PARA PERDER, NADA PARA GANAR

 

Autor: Bernardo Ptasevich.

 

Para iniciar este editorial dejó sentada y bien clara mi convicción de que no se puede negociar con terroristas y que no hay posibilidad alguna de lograr la paz en lugares donde estos operan.Por lo tanto hay que combatirlos. Un terrorista no es un delincuente común que se puede reinsertar o reeducar porque la crueldad con la que cometen sus delitos deja una marca imposible de borrar. Hecha esta importante aclaración quiero analizar el motivo por el que jóvenes de muchos países eligen el camino del terror.  

 

NADIE ES TERRORISTA DESDE QUE NACE

 

Todos los seres humanos nacemos iguales pero tomamos luego diferentes rumbos. La mayoría de los jóvenes toman el camino de la vida y el progreso pero otros miles eligen el de la maldad y de la muerte. Las primeras razones están en el entorno donde nacimos, con quienes nos criamos, cuales son las primeras palabras que nos enseñan, los primeros juegos, las primeras imágenes que vemos. Todo eso va forjando la personalidad que estando aún sin pulir crea una matriz de la que será difícil salir. Los padres a quienes admiramos, que es lo que hacen cada dia, cual es su ejemplo. Los hermanos mayores, (siempre queremos imitarlos), luego la escuela, la educación, los maestros que nos dan las primeras lecciones. Los ídolos, los líderes, los medios de difusión que nos muestran sus imágenes creando verdades que muchas veces son mentiras. Un poco después las garras de dirigentes inescrupulosos para usarlos en su provecho.

 

LAVADO DE CEREBRO Y LAS EXPECTATIVAS

 

Un joven nacido en un entorno hostil, que fue a una escuela que enseña más sobre la muerte que sobre la vida, y que solo tiene ese tipo de ejemplos que mencionamos es fácil presa de los líderes religiosos y políticos. Los primeros se encargan de lavar el cerebro, mediante la utilización de historias falsas, de prometer premios por dar la vida o por quitar la de otras personas. Los otros a los que solo les interesa el poder y el dinero encontrarán jóvenes proclives a obedecer sus órdenes. No les hablarán de paz ni les darán expectativas para una vida digna y buena. Los convencerán de lo mal que están inculcandoles todos los rencores. Les diran quienes son los culpables de todo lo que los hace infelices, esos serán sus enemigos a los que hay que atacar y matar con crueldad. Luego ofrecerán los premios. Tu matas y mueres, pero setenta y dos vírgenes te estarán esperando. Por lo tanto, estos jóvenes que no conocieron otra cosa que la miseria, el dolor, el abuso, y los castigos, no tienen ninguna expectativa positiva, nada que les quite de la cabeza ser un mártir.

 

TODO PARA LOS QUE MANDAN, NADA PARA LA GENTE

 

El semillero donde florece el terror se encuentra en Hamas, Hezbollah, ISIS,Al Qaeda, y en países organizados cuyos gobiernos son autoritarios e injustos, países donde no funcionan los derechos y en el que los deberes se vuelven absurdos. En muchos de ellos se ejerce el terrorismo de estado, el terrorismo del poder, donde los abusos son tan o más crueles que los de las propias organizaciones mencionadas. En los últimos años los terroristas han recibido bajo la fachada de entidades legales las mayores ayudas económicas que pueda uno imaginar, pero no han sido utilizadas para los fines originales. El curso de los fondos no es controlado adecuadamente, por error, omisión o por interés de los propios donantes. La mayoría de los recursos van a parar a manos de los dirigentes y gobernantes que los usan para agrandar y mantener su poder o para engrosar sus suculentas cuentas bancarias, sus propiedades y bienes. Solo con una pequeña parte de los fondos realizan obras de beneficencia que también sirven para mantener cautiva a la población bajo sus garras.

 

LAS CAUSAS DEL TERRORISMO PALESTINO

 

Nadie puede decir seriamente que el terrorismo palestino es el efecto de la supuesta ocupación israelí, o por la profanación de lugares sagrados para los musulmanes. La causa es tan evidente que rompe los ojos, salvo para quienes prefieren ser totalmente ciegos. Los dirigentes del Hamas y también los de la Autoridad Palestina se quedan con todo lo que hay, no solo lo económico. Se quedan con las expectativas de la gente, con su moral, con su presente y con su futuro. Todo es para ellos y a los habitantes solo les corresponde la obediencia, el miedo, el adoctrinamiento, el encierro y la infelicidad. No hay ni la más mínima posibilidad de que un ciudadano de Gaza pueda decidir sobre su vida, o intentar algo diferente a lo que le imponen. Así las cosas los jóvenes creen que solo les queda un camino, ese que por lo menos les dará prestigio frente a su sociedad, a su propia familia y a sus amigos. Los convencieron de que su situación es culpa de los judíos, esos que quieren matarlos y apropiarse de todas sus cosas. Convertirse en terrorista es para un joven palestino como para nosotros que nuestros hijos vayan a la universidad. Creen que esto es lo que les toca y es imposible salir de la trampa.

 

NO HAY UNA SOLUCIÓN MAGICA
No hay una solución total pero sí podemos hacer cosas que disminuyan las causas del terrorismo. Aunque se envíen flotas de aviones que maten a cien, mil o treinta mil terroristas el problema va a subsistir. Es necesario cortar los suministros que mantienen funcionando a las organizaciones. No más armas, recuperar el  petróleo, no más circulación de efectivo. Los terroristas reciben pagos, trasladarse, hacer atentados o ataques cuesta dinero. Si no lo hay, habrá mucho menos terror. Hay que atacar a los líderes, los militares y los políticos que desde la comodidad del poder mandan a otros a matar y morir. La ecuación actual debe cambiar, ellos deben estar en peligro y sin recursos. No hay ni habrá nunca un cambio por decisión propia de los que hoy lucran con el terror. Cada pueblo debe quitarse a los dictadores y a los líderes corruptos, pero no podrán hacerlo solos. Por lo tanto el mundo civilizado, occidental y democrático debe ayudarlos apoyando la libre expresión, dando seguridad y protección de quienes tienen algo que decir al respecto y no pueden hacerlo, colaborando con fondos y enseñando a organizarse para una vida en la que funcionen los derechos y las obligaciones. Por su parte las ONG y todos los donantes deben asegurar que los fondos lleguen al destino adjudicado y no pasen a engrosar las fortunas de los dirigentes. Solo así se pueden crear nuevas expectativas, puertas alternativas a un futuro mejor, algo que valga la pena cuidar, por lo que sea mejor vivir que morir. Es necesario que empiecen a florecer mentes más abiertas que a su vez transmitan una nueva cultura a esos niños y esos jóvenes en la etapa de formación. Si tienen algo para ganar y mucho para perder, poco a poco el terrorismo tenderá a disminuir y su accionar a contar con menos apoyo. Un largo y difícil camino que hay que transitar. La otra opción es el caos y la muerte que hoy impera en el mundo.