Netaniahu ya no podrá decidir sin consenso.
Autor Bernardo Ptasevich
Bibi Netaniahu ha ganado y perdido las elecciones, una rara situación que puede ser positiva para el país. La oposición ha perdido pero ha ganado y se posiciona con fuerza para el próximo periodo. Mucha gente decidió castigar los errores del gobierno generando esta nueva situación en el panorama político israelí. Contrariamente a la apatía previa, los ciudadanos participaron y hablaron en las urnas.
Mucho para celebrar
¨Mucho para celebrar¨. Los que obtuvieron más mandatos, por su triunfo electoral y el resto por el equilibrio que arrojaron los resultados. Todo indica que habrá de conformarse un gobierno mucho más coherente y abarcador. Si el Primer Ministro pensaba que estas elecciones eran un paseo, se ha equivocado. En nuestras notas anteriores insistimos en que las encuestas no mostraron toda la realidad. Aun la encuesta a boca de urna (única información que disponemos al escribir este editorial) puede sufrir cambios. Las diferencias son tan pequeñas que cualquier modificación puede determinar quien dirigirá el próximo gobierno. ¨Mucho para celebrar¨, porque Israel ha tenido una jornada electoral ejemplar, una manifestación cívica que es un ejemplo para el mundo. Este pequeño país cuyo territorio es casi imperceptible ante la inmensidad territorial de sus vecinos árabes puede jactarse de su democracia y de la libertad que tienen sus habitantes para manifestar las ideas más diversas y apoyar o criticar las de los políticos o gobernantes. Con todos sus defectos, la democracia israelí funciona y nos llena de orgullo. ¨Mucho para celebrar¨, porque la gran mayoría de los habilitados para votar ha tomado en serio su responsabilidad y concurrió en forma masiva a las urnas. Ese simple hecho ha servido para equilibrar las fuerzas. Tendremos una Knesset con muchos y diferentes aportes, con sangre nueva que se mezclara con la de los dirigentes tradicionales. Estarán allí todas las ideas, algo imprescindible para que funcione el sistema de gobierno. La población espera ansiosa que haya muchos proyectos y decisiones sobre los temas candentes que están sin resolver.
Un abanico de posibilidades
Los diferentes partidos tienen que analizar ahora sus próximos pasos. Deben hacerlo con celeridad porque ahora el que pierde el tren se queda en el camino. La dinámica política de Israel es impredecible. Las jugadas de ajedrez, (en las que Netaniahu es un gran maestro), pueden dar el jaque mate con un solo movimiento. Veremos si hay otros contrincantes que tengan un as en la manga, que sean capaces de hacer el movimiento justo y necesario para cambiar las cosas. Aunque no me gusta el sistema de coaliciones, las cosas funcionan de esta forma. Lo que no podemos aceptar es que las mismas se conformen con la entrega de beneficios, ya sea económicos, de poder, u otros. Debe prevalecer el acuerdo en base a un comun programa de gobierno o a la conjunción de ideas. La presión o las dádivas arruinan cualquier funcionamiento futuro. Lo más probable es que se forme un grupo de las mismas características actuales donde Bibi Netaniahu detenta todo el poder gracias al apoyo de los partidos religiosos y de Agvidor Lieberman. Sin embargo hay algunos resentimientos por declaraciones o cosas que pasaron durante este gobierno y la campaña electoral que pueden llegar a cobrarse en estas negociaciones. Hay otros líderes que obtuvieron buena cantidad de bancas como para intentar acuerdos entre sí y con partidos de menor participación. En Israel nunca está dicha la última palabra ni nada es imposible a priori. Si solamente algún diputado se mueve de la derecha al centro haría cambiar las mayorías necesarias para formar gobierno. Bibi Netaniahu deberá caminar con cuidado y medir sus próximos pasos. El sorpresivo adelanto de las elecciones no ha dado tiempo suficiente a la oposición para organizarse. A pesar de ello han logrado en su conjunto casi la mitad de las bancas. Ahora deben unir sus fuerzas si aspiran a ser una segunda opción para que el Presidente Shimon Peres les encargue formar gobierno, algo que solo pasara si el actual Primer MInistro no logra antes su objetivo.
Un paìs partido al medio
El país está partido en dos pero esta vez en forma positiva. Israel debe ser armado como un rompecabezas. No es un juego de niños, es una ardua tarea donde habrá que hacer coincidir algunas de las diferentes piezas que permitan formar la figura final del nuevo gobierno. El bloque de derecha que no es homogéneo tiene apenas una luz de ventaja sobre el resto de los partidos, que tampoco es uniforme. Aunque los votantes centristas no verían con buenos ojos la entrada de uno de sus candidatos preferidos a un gobierno presidido por Netaniahu, todos hablan hoy de una posible alianza. El propio Primer Ministro ha llamado a Lapid en forma apresurada para decirle que tienen mucho bueno por hacer juntos para el bien de Israel, una invitación velada y urgente que evite declaraciones públicas que luego condicionen el acceso a un acuerdo. Pero hay otras opciones. Los partidos de la oposicion pueden tentar a uno de los partidos religiosos y obtener asi la mayoria. Tambien el Primer Ministro puede mantener el bloque unido y prescindir de Lapid u otra opcion de la actual oposicion. Lo cierto es que hay una paridad que no se esperaba y eso hara un gobierno mucho mas participativo, ya sea por propia voluntad de quien lo dirija como por las presiones de los dirigentes de cada sector. Las elecciones ya han finalizado. Si bien no tenemos resultados oficiales hay una clara idea de que Netaniahu ya no podrá decidir solo los proximos pasos, incluso en el corto plazo que queda de su actual periodo. La realidad indica que solo logrando un gobierno de concenso se podran resolver alguno de los problemas mas graves y urgentes del pais. Para ello es necesario que el Primer Ministro deje de lado su habitual soberbia y personalismo para ceder en algunas posiciones intransigentes que permitan delinear programas comunes que puedan ser apoyados por la mayoria. El pueblo de Israel y el mundo entero tienen gran expectativa sobre los proximos pasos. El gobierno que surja de las próximas negociaciones será quien dirija a todos los israelíes y es necesario que estos se vean representados por el. Puede ser que en esta ocasión los líderes dejen su apetito personal de poder absoluto y entiendan que esta en juego el conjunto de la sociedad y la propia existencia del Estado. Mirar hacia adelante en lugar de esconderse en el pasado o aprovechar el presente es una tarea de todos los responsables que han recibido votos y bancas. El futuro esta esperando que tengan éxito.